¿Qué es el dolor?
El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, que asociamos con un daño corporal real o potencial. Es decir, el dolor es siempre una experiencia subjetiva. Las personas aprenden y entienden «lo que es el dolor» según sus experiencias en los primeros años de vida.
Es posible experimentar dolor sin ningún daño corporal o incluso sin una causa subyacente conocida. Si alguien dice que siente dolor, debemos considerar que lo que dice es cierto. Esta definición es una adaptación de la propuesta por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), una sociedad internacional fundada en 1973 y líder en investigación, educación y políticas para la comprensión y el tratamiento del dolor.
Dolor bueno: Mecanismo de protección
Cada vertebrado, desde un pez hasta un gorila, reaccionará ante una lesión o daño potencial retirándose o alejándose del daño. Las reacciones de protección ante el daño se encuentran entre los trucos de supervivencia más antiguos de la naturaleza. Nosotros, los humanos, también hemos desarrollado la percepción del dolor como parte de nuestro arsenal protector.
Tenemos células nerviosas capaces de detectar el daño a nuestros tejidos, que están conectadas a una red de células en nuestra médula espinal, tronco encefálico y cerebro, que a su vez pueden activar mecanismos de evitación del dolor como los reflejos musculares (para alejar nuestro cuerpo de la fuente del dolor) o incluso podemos producir nuestra propia medicina interna para el dolor (sustancias especiales para reducir la transmisión y experiencia del dolor). Las sensaciones desagradables de dolor están ligadas a mecanismos de aprendizaje cerebral que nos permiten aprender que ciertas situaciones son peligrosas y deben ser evitadas.
Este es el dolor bueno, una parte normal de nuestro sistema sensorial, y tan útil como la visión o la audición, algo con lo que todos nacemos y sin lo cual no podemos vivir. El dolor bueno es protector. Impide que agarremos una sartén ardiendo, que nos mordamos la lengua o que nos pinchemos con una aguja (este tipo de dolor se llama dolor nociceptivo y está causado por la activación de nuestros receptores de dolor).
Dolor malo: Cronificación del dolor
Algunas veces, las personas tienen dolor anormalmente elevado y persistente, en ausencia de lesión. A esto se le llama dolor «no adaptativo» porque ya no cumple su función protectora y lleva a una percepción distorsionada del dolor y a un considerable sufrimiento. Es el “dolor malo”. Sentimos dolor en ausencia de lesión o por procesos que normalmente no lo causan. Además, este dolor dura más allá del tiempo esperado necesario para la curación o más allá de un período de tres meses. Este dolor está asociado al mal funcionamiento de nuestros mecanismos de reducción del dolor, lo que lleva a una respuesta exagerada a los estímulos recibidos o percibidos y a una respuesta protectora reducida (por ejemplo, el cuerpo produce menos medicina interna para el dolor).