El dolor crónico es muy común
Siendo conservadores, aproximadamente el 10% de la población mundial experimenta dolor crónico. Según un estudio sobre la prevalencia del dolor en Europa, 19 % de los adultos europeos tienen problemas de dolor crónico de intensidad moderada a severa, lo que afecta gravemente a su calidad de vida personal, social y laboral. Sin embargo, las estimaciones varían según el país; en España, la prevalencia estimada es del 12%, en Noruega del 30%, en Dinamarca del 25%, en Islandia del 30%, en Irlanda del 38% y en Italia, Francia y Ucrania superior al 40%. Cerca del 90% de estas personas sufrieron dolor durante más de dos años, y casi 1 de cada 3 no recibían tratamiento para su dolor1,2.
La prevalencia del dolor crónico y su impacto aumenta con la edad. Los cambios en el sistema nervioso central asociados al envejecimiento aumentan el riesgo de sufrir dolor crónico: aumenta la probabilidad de percibir el dolor con mayor frecuencia e intensidad y se reduce el funcionamiento de los mecanismos para inhibir estas señales. A medida que la población europea envejece, el número de adultos mayores que viven con enfermedades avanzadas y experimentan dolor aumentará sustancialmente en los próximos años.
La carga de los síntomas de dolor crónico
El tratamiento del dolor crónico está asociado a una enorme carga económica. En 2010, solo en EEUU se gastaron más de 635.000 millones de dólares en el tratamiento del dolor persistente en adultos 3. El coste del tratamiento con opiáceos es de unos 2.500 euros por paciente/año. Pero el dolor crónico es mucho más que una cuestión de coste económico. Vivir con dolor está asociado a un enorme sufrimiento físico y psicológico. El dolor es uno de los síntomas más debilitantes, con un impacto muy negativo en el bienestar. Los pacientes con dolor crónico a menudo se quejan de disminución de la memoria, confusión, dificultad del habla y alteración de la regulación del estado de ánimo y del comportamiento (preocupación, inactividad y fatiga,inestabilidad afectiva, aislamiento social…). La relación entre el dolor crónico y el suicidio confirma el enorme sufrimiento psicológico asociado a la experiencia del dolor.
En Europa, aproximadamente 1 de cada 5 pacientes informó de haber perdido su trabajo debido a problemas de dolor, y un tercio reconoció que su trabajo fue afectado significativamente por el dolor.
Tratamiento inadecuado del dolor crónico
Sólo una minoría de los pacientes con dolor crónico son seguidos por especialistas en dolor, y casi la mitad reciben un tratamiento inadecuado del dolor, lo que pone de relieve que el dolor crónico sigue siendo un problema sanitario importante en Europa. El control del dolor se ha identificado como la segunda deficiencia más común en la atención domiciliaria de los ancianos europeos.
Es decir, no existe un control efectivo del dolor para muchos pacientes con enfermedades crónicas o degenerativas. Los modelos actuales para el tratamiento del dolor en los cuidados paliativos dependen en gran medida de las intervenciones farmacológicas, sobre todo de los opiáceos; sin embargo, a largo plazo estas intervenciones pierden eficacia y pueden provocar efectos secundarios no deseados debido a la adicción, el uso indebido y el abuso. Los efectos secundarios de la medicación contribuyen muy a menudo a una peor calidad de vida y a la disminución de la funcionalidad de los pacientes.
Por lo tanto, para reducir la carga sintomática asociada a las enfermedades y a los efectos secundarios de la medicación, es necesario mejorar las estrategias de tratamiento del dolor, a partir de un mejor conocimiento de los mecanismos implicados en el mantenimiento del dolor y en la ineficacia del tratamiento farmacológico. En resumen, el dolor crónico debería ser una de las prioridades de salud pública más importantes del siglo XXI.
1 Breivik H, Collett B, Ventafridda V, Cohen R, Gallacher D. Survey of chronic pain in Europe: Prevalence, impact on daily life, and treatment. Eur J Pain. 2006;10:287–333.
2 Breivik H, Eisenberg E, O’Brien T. The individual and societal burden of chronic pain in Europe: The case for strategic prioritisation and action to improve knowledge and availability of appropriate care. BMC Public Health.
2013;13.
3 Gaskin DJ, Richard P. The Economic Costs of Pain in the United States. J Pain. 2012;13:715–724.