La fibromialgia (FM) es una condición crónica debilitante que lleva a sentir dolor y sensibilidad en todo el cuerpo. Además del dolor crónico generalizado, cursa con depresión, fatiga crónica, disfunción del sueño, síndrome del intestino irritable, trastorno temporomandibular o dolor de cabeza crónico.
Los tratamientos actuales pueden ayudar a las personas a controlar el dolor, pero es raro que se recuperen por completo, especialmente porque los científicos aún no entienden las causas de la enfermedad.
El estudio de la base biológica de la fibromialgia ayuda a revelar qué factores desencadenantes están implicados y, por lo tanto, a desarrollar estrategias de prevención o tratamientos eficaces. Se ha observado que los miembros de la familia tienden a tener un mayor riesgo de la enfermedad, y ciertos tipos de genes se han relacionado con la fibromialgia. Pero, como en el caso de otras condiciones complejas, no todos los miembros de una familia afectada son necesariamente vulnerables. Sabemos de hecho que la información genética se almacena en nuestro ADN como un código compuesto de cuatro bases químicas: adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T). El ADN humano consta de unos 3.000 millones de bases, y más del 99% de esas bases son las mismas en todas las personas, pero un pequeño porcentaje varía de persona a persona, determinando sus propios rasgos específicos y posiblemente influyendo en su propia predisposición a una enfermedad.
A este riesgo genético mayor podría contribuir también su experiencia personal: el entorno, incluyendo tanto físico (lesión física, enfermedad aguda, cirugía, accidentes automovilísticos, enfermedades inflamatorias de las articulaciones) como psicológico (estrés crónico, trauma emocional, abuso emocional, físico o sexual, eventos traumáticos infantiles, problemas de la vida diaria, eventos catastróficos, persecución, depresión, ansiedad), parece influir en su vulnerabilidad a la fibromialgia.
También sabemos que el estrés experimentado puede influir en qué genes se activan o desactivan, en palabras científicas, qué genes se «expresan». Esto significa que el uso y abuso de drogas, los factores sociales/comportamentales, la dieta y el estrés pueden afectar sus genes y, posteriormente, su salud.
El estudio relacionado con la forma en que la experiencia de una persona puede influir en la expresión de los genes se denomina epigenética: «ἐπί» significa arriba porque estos factores ambientales no cambian sus secuencias de ADN, sino cómo el ADN se condensa y se dispone a ser leído y eventualmente a producir proteínas.
La investigación epigenética en la fibromialgia podría revelar por qué algunas personas desarrollan fibromialgia y otras no, y dar algunas indicaciones importantes para comprender qué genes están involucrados en los mecanismos desencadenantes de la enfermedad. Además, destacar sus causas biológicas puede detener la percepción errónea común de que la fibromialgia es algo que uno se imagina, y puede simplemente dejar de sentir. La epigenética podría revelar nuevas opciones de tratamiento y estrategias.