Manejo del dolor: Desde una estrategia basada en el diagnóstico a otra basada en los mecanismos del dolor
Tradicionalmente, el tratamiento del dolor crónico se ha orientado según el diagnóstico concreto de la enfermedad. Sin embargo, diversos estudios actuales sugieren que los pacientes con dolor crónico parecen compartir un patrón de aumento de la respuesta central al dolor y déficit en mecanismos centrales de analgesia. Por lo tanto, se propone pasar a una estrategia de manejo del dolor orientada a comprender y modificar los mecanismos que mantienen el dolor crónico y que explican la ineficacia del tratamiento.
Dado que alrededor del 70% de los pacientes con dolor crónico presentan deficiencias en los mecanismos centrales de generación e inhibición del dolor, el conocimiento de estos mecanismos es esencial para proporcionar una atención eficaz a los pacientes que sufren dolor y que son resistentes a los tratamientos farmacológicos (incluso a los opiáceos).
Sensibilización central: un constructo útil para comprender mejor el dolor
Una experiencia intensa y continuada de dolor puede provocar cambios en nuestro sistema nervioso que explican una exagerada respuesta a las sensaciones que recibimos y una reducida respuesta de protección al dolor. Estos cambios, que aparecen en primer lugar en la médula espinal, y que se conocen con el nombre de sensibilización central, pueden llegar a cambiar las conexiones en el cerebro (o lo que es lo mismo a una neuroplasticidad no adaptativa).
Muchos científicos y profesionales médicos creen que la mejor manera de combatir estos cambios neuroplásticos negativos es entenderlos. Si somos capaces de hablar el mismo idioma que el cerebro y convencerlo de que vuelva a su estado saludable y normal de funcionamiento, creemos que podremos reducir o incluso eliminar el dolor crónico/malo. La evidencia apoya esta premisa. Por ejemplo, en un estudio realizado en el laboratorio del Dr. Graven-Nielsen 1 , cuando los investigadores corrigieron los mecanismos anormales del dolor antes de la cirugía de reemplazo total de rodilla, los pacientes tenían menos probabilidades de desarrollar dolor de rodilla después de la cirugía y más probabilidades de recuperarse satisfactoriamente.
Herramientas para medir la respuesta central al dolor
La buena noticia es que hay muchas herramientas disponibles para que los investigadores entiendan cómo se genera y mantiene el dolor. Algunas de estas herramientas son:
1) la electroencefalografía (EEG), una forma no invasiva de medir la actividad eléctrica del cerebro para conocer su respuesta ante estímulos dolorosos.
2) la estimulación magnética transcraneal (TMS), una forma de activar diferentes neuronas en el cerebro, sondear su función e incluso estimular cambios saludables.
3) la evaluación sensorial cuantitativa (QST). Estos métodos utilizan sensaciones diferentes (por ejemplo, presión, calor y frío), para ver cómo responde el cerebro a ellos, y medir los cambios en el tiempo.
Todas estas herramientas son de gran valor para nuestra exploración y comprensión de cómo funciona el dolor crónico y cómo podemos tratarlo.
1 Graven-Nielsen T, Wodehouse T. Normalization of widespread hyperesthesia and facilitated spatial summation of deep-tissue pain in knee osteoarthritis patients after knee replacement. Arthritis &. Epub 2012.